Ursula K. Le Guin (1986)
Fuente: Dancing at the Edge of the World¹
Transcrito por: Cody Jones
En las regiones templadas y tropicales donde parece que los homínidos evolucionaron hacia seres humanos, el alimento principal de la especie era vegetal. Del sesenta y cinco al ochenta por ciento de lo que los seres humanos comían en esas regiones en tiempos paleolíticos, neolíticos y prehistóricos era recolectado; solo en el Ártico extremo era la carne el alimento básico. Los cazadores de mamuts ocupan espectacularmente la pared de la cueva y la mente, pero lo que realmente hacíamos para mantenernos vivos y gordos era recolectar semillas, raíces, brotes, retoños, hojas, nueces, bayas, frutas y granos, agregando insectos y moluscos y atrapando con redes o lazos: pájaros, peces, ratas, conejos y otros pequeños animales sin colmillos para aumentar la proteína. Y ni siquiera trabajábamos duro en ello—mucho menos duro que los campesinos esclavizándose en el campo cuando se inventara la agricultura, mucho menos duro que los trabajadores asalariados desde que se inventó la civilización. La persona prehistórica promedio podía ganarse bien la vida en una semana laboral de unas quince horas.
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