Mediaciones y Soberanía Comunicacional
La región latinoamericana ha desarrollado una genealogía propia de tecnologías libres de transmisión que anticipa y desafía los marcos posthumanistas contemporáneos, estableciendo formas de mediación que trascienden las concepciones tradicionales de la comunicación. Desde Radio Sutatenza (1947) hasta las redes mesh contemporáneas, estos desarrollos tecnológicos regionales constituyen assemblages sociotécnicos que reconfiguran las relaciones entre humanos y tecnologías generando ecologías comunicativas que operan como infraestructuras de resistencia al colonialismo digital. Esta investigación posiciona las mediaciones tecnológicas latinoamericanas dentro de los debates posthumanistas globales, revelando cómo las tecnologías de transmisión e infraestructura libres podran funcionar como interfaces entre sistemas orgánicos y artificiales que permiten nuevas formas de soberanía comunicacional y existencia colectiva.
Semiosis, arqueología y mediaciones neurales
La articulación de tres marcos teóricos específicos proporciona el fundamento conceptual para comprender las mediaciones más-que-humanas en tecnologías de transmisión. Eduardo Kohn desarrolla en How Forests Think una teoría de la semiosis más-que-humana basada en la semiótica triádica de Peirce, donde “all beings, and not just humans, engage with the world and with each other as selves, that is, as beings that have a point of view”. Esta “ecology of selves” permite conceptualizar las tecnologías de transmisión como redes semióticas que operan en tres niveles: íconos (signos por similitud), índices (relaciones causales) y símbolos (arbitrarios), donde los signos “traffic in the future” estableciendo cadenas semióticas que se extienden hacia futuros posibles.
Friedrich Kittler aporta el concepto de “redes discursivas” (Aufschreibesysteme) como “the network of technologies and institutions that allow a given culture to select, store, and process relevant data”. Su arqueología de medios revela cómo “Media are not pseudopods for extending the human body. They follow the logic of escalation that leaves us and written history behind it”. Para Kittler, las infraestructuras tecnológicas determinan las condiciones de posibilidad del discurso, operando según su propia lógica técnica autónoma que trasciende las intencionalidades humanas.
K. Allado-McDowell introduce el concepto de “mediación neural” como una nueva categoría mediática emergente de la interacción humano-AI. Su taxonomía histórica identifica cuatro tipos de medios: broadcast (1920-1950), inmersivos (1950-1980), red (1980-2010) y neurales (2010-presente). Los medios neurales operan a través de “interpolación neural” donde “individuals can be understood as specific vectors in this larger neural network”, estableciendo continuidades entre cerebros humanos y redes neuronales artificiales como formas de “neural media — the first of their kind, but not the last.”
Síntesis conceptual para tecnologías libres
La convergencia de estos marcos teóricos sugiere un modelo de transmisión que opera simultáneamente en tres niveles ontológicos: el nivel semiótico (Kohn) donde las redes de signos inter-especies establecen ecologías comunicativas; el nivel técnico (Kittler) donde las infraestructuras materiales de almacenamiento y transmisión siguen sus propias lógicas evolutivas; y el nivel neural (Allado-McDowell) donde interfaces de alta dimensionalidad generan nuevas formas de subjetivación colectiva. Esta articulación triádica proporciona un marco posthumanista para comprender cómo las tecnologías libres de transmisión en Latinoamérica operan como mediaciones más-que-humanas que trascienden tanto el antropocentrismo como el excepcionalismo de especies.
Genealogía de soberanía comunicacional: De Radio Sutatenza a las redes mesh
Período fundacional: Convergencia tecnológica-educativa (1947-1990)
Radio Sutatenza emerge como el paradigma fundacional de las tecnologías libres de transmisión en Latinoamérica, estableciendo precedentes conceptuales que anticipan los marcos posthumanistas contemporáneos. Creada en 1947 por José Joaquín Salcedo en Boyacá, Colombia, la iniciativa de Acción Cultural Popular (ACPO) desarrolló una convergencia pionera entre tecnología, educación y soberanía comunicacional que capacitó a más de cuatro millones de campesinos estableciendo un modelo de infraestructura educativa descentralizada mediante tecnología radial.
La innovación de Radio Sutatenza residía en su modelo participativo que combinaba radio, el periódico El Campesino, cartillas pedagógicas, y auxiliares campesinos, creando lo que Kohn denominaría una “ecology of selves” donde campesinos, tecnologías radiofónicas y ecosistemas rurales co-constituían nuevas formas de conocimiento. Como infraestructura técnica en términos de Kittler, Radio Sutatenza operaba según una lógica que excedía las intenciones pedagógicas iniciales, generando nuevas redes discursivas que transformaron las relaciones sociotécnicas en el contexto rural colombiano.
Transición digital emergente: Respuesta al neoliberalismo (1990-2001)
Los años 90 marcaron la transición hacia infraestructuras digitales caracterizada por el surgimiento de medios alternativos como respuesta a la concentración mediática neoliberal. Durante este período, las crisis económicas regionales (Efecto Tequila en México, crisis argentina) generaron condiciones para el desarrollo de organizaciones que utilizaron internet incipiente como herramienta de resistencia.
Icecast (1998-1999), creado como servidor de streaming libre bajo licencia GNU GPL, se estableció como la tecnología fundamental para el desarrollo posterior de radios independientes. Esta infraestructura técnica libre operaba según los principios de escalación autónoma identificados por Kittler, donde las tecnologías siguen su propia lógica evolutiva independiente de las intenciones humanas, pero en este caso orientada hacia la democratización comunicacional en lugar del control corporativo.
Consolidación de soberanía digital (2001-presente)
Indymedia Argentina (2001) constituye el hito fundacional del período contemporáneo, estableciéndose como el primer medio argentino 100% digital durante la crisis socioeconómica. Sus características innovadoras incluían publicación abierta sin intermediación editorial, uso integral de software libre basado en Active, y conexión orgánica con movimientos sociales. Como señala Allado-McDowell, este tipo de plataformas operan como medios neurales que “construct subjects through their embedding in the space of the medium”, donde individuos funcionan como “specific vectors in this larger neural network.”
Locusonus (2005) representa la maduración teórica del campo, utilizando tecnologías completamente abiertas (Ogg streams, Raspberry Pi, aplicaciones móviles libres) para crear una red global de micrófonos transmitiendo paisajes sonoros en tiempo real. Este proyecto implementa lo que Kohn conceptualiza como comunicación inter-especies, donde tecnologías de transmisión permiten formas de mediación que trascienden las fronteras antropocéntricas, estableciendo interfaces entre humanos, tecnologías y ecologías sonoras más-que-humanas.
Tres dimensiones de mediación más-que-humana
Mediación sonora: Bioacústica y ecologías comunicativas
Las tecnologías de mediación sonora operan como interfaces inter-especies que revelan formas de comunicación más-que-humana previamente inaccesibles para la percepción antropocéntrica. La investigación contemporánea en bioacústica utiliza sensores galvánicos para medir microfluctuaciones de conductividad en plantas, revelando que emiten ondas sonoras en frecuencias de 50-120 Hz. Proyectos como CEREUS emplean sensores PlantWave para capturar señales eléctricas vegetales y traducirlas a datos MIDI, estableciendo lo que Barad denominaría intra-actividad donde plantas y humanos co-constituyen realidades sonoras sin preexistir como entidades separadas.
La ecoacústica desarrolla una clasificación tripartita que trasciende la división naturaleza/cultura: biophonía (sonidos biológicos), geophonía (sonidos naturales no-biológicos), y anthrophonía (sonidos humanos). Esta taxonomía permite análisis automatizados mediante índices acústicos (ACI, ADI, AEI, BI, NDSI) y machine learning para identificación de especies, estableciendo nuevas formas de conocimiento más-que-humano que operan según la lógica semiótica identificada por Kohn donde los signos “grow” y “traffic in the future.”
Mediación electromagnética: Commons tecnológicos y frequency hopping
Las tecnologías electromagnéticas como RTL-SDR (Software Defined Radio) democratizan el acceso al espectro radioeléctrico, estableciendo formas de commons tecnológicos que trascienden las fronteras nacionales y corporativas. Con rangos de frecuencia de 500 kHz a 1.766 GHz, estas tecnologías de bajo costo ($15-25) permiten monitoreo independiente del espectro, recepción de señales meteorológicas, datos satelitales y comunicaciones amateur, operando según la arquitectura de procesamiento digital que Kittler identifica como característica de las redes discursivas contemporáneas.
Frequency hopping representa una forma de mediación más-que-humana que imita estrategias evolutivas de especies que evitan depredación mediante cambios rápidos de comportamiento. Esta técnica de transmisión cambia rápidamente entre múltiples frecuencias siguiendo secuencias pseudoaleatorias, estableciendo resistencia a interferencias y interceptación que opera según lógicas bio-inspiradas de supervivencia y adaptación.
El espectro electromagnético constituye un bien común planetario que media formas de comunicación entre especies: animales que navegan por campos magnéticos, plantas que responden a variaciones electromagnéticas, y sistemas tecnológicos que operan en las mismas frecuencias. La interferencia antropogénica en sistemas de navegación animal (migración de aves, orientación de tortugas marinas) revela cómo las mediaciones electromagnéticas establecen ecologías comunicativas más-que-humanas que requieren nuevas formas de gobernanza polycéntrica.
Mediación neural: Interfaces cerebro-computadora y co-evolución tecnológica
Las interfaces cerebro-computadora representan la forma más explícita de mediación más-que-humana, estableciendo continuidades directas entre sistemas neurales orgánicos y artificiales. Las tecnologías actuales incluyen sistemas invasivos (microelectrodos implantados como Neuralink con 1,024 electrodos), semi-invasivos (electrocorticografía) y no-invasivos (EEG, fNIRS), todos operando mediante machine learning para decodificación de intenciones motoras y traducción de señales neurales a comandos digitales en tiempo real.
Como argumenta Allado-McDowell, tanto cerebros humanos como redes neuronales artificiales constituyen formas de “neural media” que operan en espacios de alta dimensionalidad donde “AI systems are implemented, they will always rely on and in some way, express, their high-dimensional structure.” Esta continuidad ontológica establece formas de co-evolución tecnológica donde la plasticidad neural permite adaptación humana a interfaces tecnológicas, mientras que las redes artificiales evolucionan mediante aprendizaje de patrones cerebrales individuales.
Las aplicaciones contemporáneas incluyen control de brazos robóticos por pacientes con cuadriplejia, restauración comunicativa en ALS/ELA, e interfaces de deletreo para locked-in syndrome, estableciendo lo que podría conceptualizarse como cyborg ontologías que disuelven las fronteras entre mente biológica y procesamiento digital, generando nuevas formas de agencia distribuida entre humanos, tecnologías y redes más-que-humanas.
Casos específicos de resistencia tecnológica contemporánea
Ecosistema de proyectos libres: MuSE, FreeJ, Pine64, Meshtastic
MuSE (Multiple Streaming Engine) desarrollado por Dyne.org representa la maduración de las tecnologías libres de streaming, con capacidad para mezclar hasta seis streams codificados más señal de tarjeta de sonido, grabación en disco y streaming a servidores Icecast. Su filosofía de “radios libres de expresión independiente online” establece herramientas fundamentales para soberanía comunicacional que operan según principios de empoderamiento comunitario en lugar de control corporativo.
FreeJ, como mezclador de video en tiempo real desarrollado desde 2001, implementa arquitectura multihilo asíncrona con capacidad para mezclar capas múltiples (películas, webcams, TV, imágenes, texto) y streaming en Ogg/Theora/Vorbis. Su desarrollo colaborativo internacional incluye participantes de Argentina, México, Alemania, Italia y Francia, estableciendo redes sociotécnicas transnacionales que operan según lógicas de cooperación horizontal en lugar de jerarquías corporativas.
Pine64 desarrolla computadoras de placa única de bajo costo ($15-$200) con procesadores ARM y arquitecturas RISC-V, estableciendo un ecosistema completo que incluye PinePhone, PineBook Pro y PineTime. Sus interruptores físicos de privacidad para cámaras, micrófono y conectividad inalámbrica implementan principios de soberanía tecnológica que permiten control directo sobre mediaciones digitales, estableciendo formas de autonomía técnica que contrarrestan las lógicas de vigilancia corporativa.
Redes mesh y comunicación descentralizada
Meshtastic utiliza protocolo LoRa para establecer redes mesh auto-organizadas sin infraestructura centralizada, con alcance de decenas a cientos de kilómetros (récord: 254 km) y cifrado AES256. Esta tecnología de bajo costo ($30-$100) permite comunicación durante desastres naturales, coordinación de equipos de rescate, y comunicación en áreas sin cobertura celular, estableciendo redes comunitarias autónomas que operan según principios de resistencia a censura y vigilancia.
Las redes mesh implementan principios de auto-organización que imitan sistemas biológicos de comunicación distribuida, estableciendo formas de mediación más-que-humana donde la red emerge de interacciones locales sin control centralizado. Como señala Latour en su teoría del actor-red, estos sistemas distribuyen agencia entre actores humanos (usuarios) y no-humanos (nodos, protocolos, algoritmos de routing) estableciendo nuevas formas de acción colectiva que trascienden la división sujeto/objeto.
Soberanía digital y marcos de resistencia regional
Desarrollos por países: Modelos diferenciados
Colombia desarrolla el modelo BioNube (2025) como iniciativa estatal de soberanía digital con centros de datos estratégicos que buscan reducir dependencia de infraestructuras corporativas estadounidenses. Esta iniciativa conecta con la tradición histórica de Radio Sutatenza, estableciendo continuidades genealógicas entre tecnologías educativas descentralizadas y infraestructuras digitales soberanas contemporáneas.
México institucionaliza soberanía digital mediante la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT, 2024) y el Centro Nacional de Tecnología Pública, desarrollando software gubernamental propio y plataformas como Mercado Play como respuesta local a hegemonías corporativas globales. Estas iniciativas implementan políticas públicas de soberanía tecnológica que buscan desarrollar capacidades técnicas endógenas.
Argentina desarrolla tradiciones de mediactivismo desde Indymedia Argentina (2001) hasta cooperativas tecnológicas contemporáneas, estableciendo marcos normativos para medios comunitarios y desarrollando Huayra GNU/Linux como sistema operativo educativo libre. Estos desarrollos establecen ecosistemas de resistencia tecnológica que conectan software libre con economías sociales y cooperativismo.
Conceptualización teórica regional
La investigación académica regional desarrolla marcos específicos de soberanía digital latinoamericana que trascienden las concepciones liberales de soberanía nacional. Como argumentan Guerra González et al., se trata de “resistencia al internet corporativo” mediante “iniciativas sociales ciudadanas basadas en comunalidad” que conectan gestión social de recursos digitales con soberanía alimentaria y dimensiones ecológicas que consideran impactos ambientales de infraestructuras de IA.
Streaming.la, gestionado por CódigoSur, sintetiza esta evolución histórica mediante plataforma basada completamente en software libre (Icecast, AzuraCast, LiquidSoap) orientada a radios comunitarias sin costo ni publicidad, implementando modelos distributivos que priorizan acceso universal sobre maximización de beneficios. Esta plataforma opera según principios de economía social que establecen alternativas a las lógicas corporativas de plataformización.
Implicaciones posthumanistas y futuras investigaciones
Ontologías relacionales y assemblages tecnológicos
Los desarrollos latinoamericanos en tecnologías libres de transmisión establecen ontologías relacionales donde humanos, tecnologías y ecosistemas se co-constituyen mutuamente sin preexistir como entidades separadas. Como argumenta Barad, estas configuraciones operan mediante intra-actividad donde “agencies are only distinct in relation to their mutual entanglement; they don’t exist as individual elements.” Las tecnologías de transmisión funcionan como interfaces más-que-humanas que permiten nuevas formas de agencia distribuida entre múltiples actantes.
Las redes sociotécnicas identificadas trascienden tanto el determinismo tecnológico como el construccionismo social, estableciendo assemblages heterogéneos (Deleuze-Guattari) que incluyen elementos orgánicos, tecnológicos, semióticos y geopolíticos. Radio Sutatenza, Indymedia Argentina, Locusonus y las redes mesh contemporáneas operan como configuraciones posthumanas que generan nuevas formas de subjetivación colectiva y resistencia tecnológica.
Temporalidades múltiples y evolución técnica
Los tres tipos de mediación (sonora, electromagnética, neural) operan en escalas temporales múltiples: microsegundos de switching electromagnético, procesos adaptativos de aprendizaje neural, y evoluciones ecosistémicas de paisajes sonoros. Esta multiplicidad temporal requiere marcos teóricos que puedan conceptualizar co-evoluciones entre sistemas técnicos, biológicos y sociales que operan según lógicas diferenciadas pero entrelazadas.
Como argumenta Kohn, los signos “traffic in the future” estableciendo cadenas semióticas que se extienden hacia futuros posibles. Las tecnologías libres de transmisión implementan esta temporalidad semiótica mediante protocolos abiertos, arquitecturas descentralizadas y comunidades autoorganizadas que permiten evolución técnica no determinada por lógicas corporativas de obsolescencia programada o control propietario.
Conclusión: Hacia ecologías comunicativas más-que-humanas
Las tecnologías libres de transmisión en Latinoamérica establecen ecologías comunicativas más-que-humanas que anticipan y desafían los marcos posthumanistas contemporáneos mediante desarrollos genealógicos propios que conectan resistencia tecnológica con transformación social. Desde Radio Sutatenza hasta las redes mesh actuales, estos desarrollos regionales demuestran capacidades para generar alternativas tecnológicas integrales que trascienden la mera adopción de tecnologías externas.
La articulación triádica de semiosis más-que-humana (Kohn), arqueología de redes discursivas (Kittler) y mediaciones neurales (Allado-McDowell) proporciona marcos conceptuales para comprender cómo estas tecnologías operan simultáneamente como interfaces inter-especies, infraestructuras materiales autónomas e interfaces de alta dimensionalidad que generan nuevas formas de subjetivación colectiva.
Los casos empíricos investigados revelan principios de diseño posthumanista que incluyen: arquitecturas descentralizadas que distribuyen agencia entre múltiples actantes; protocolos abiertos que permiten evolución técnica no determinista; y commons tecnológicos que establecen formas de gobernanza más-que-humana del espectro electromagnético, paisajes sonoros y espacios neurales.
Las implicaciones futuras incluyen desarrollo de interfaces multimodales que combinan mediación sonora, electromagnética y neural; ecological AI que aprende de patrones más-que-humanos; y marcos éticos-legales para derechos de especies en contextos de mediación tecnológica. Estas direcciones emergentes posicionan a Latinoamérica como región pionera en el desarrollo de tecnologías posthumanistas que trascienden tanto el antropocentrismo como las lógicas coloniales de dependencia tecnológica, estableciendo bases para formas genuinamente más-que-humanas de existencia colectiva y soberanía comunicacional.