La estructura matemática de las Historias: De los mitos antiguos a la IA
¿De dónde vienen realmente las historias? ¿Son expresiones ilimitadas del espíritu humano, pura imaginación indomable? ¿O hay algo más estructurado en su corazón, tal vez incluso un plano matemático?
Hoy exploramos una idea radical: que la literatura, el lenguaje, incluso el pensamiento humano mismo, tal vez no están construidos sobre posibilidades infinitas de manera caótica, sino sobre un número sorprendentemente finito de elementos combinados de infinitas maneras.
Esta perspectiva conecta los mitos antiguos con la informática moderna y probablemente te hará repensar todo sobre la creatividad.
Los Fundamentos: Discontinuidad y Combinatoria
Exploraremos dos conceptos centrales: primero, la discontinuidad, que significa dividir las cosas en partes separadas y distintas en lugar de verlas como un flujo continuo. Segundo, la combinatoria, el estudio de cuántas maneras puedes combinar esas partes.
Estos no son términos académicos abstractos, sino una lente revolucionaria para entender la creatividad.
El Primer Narrador
Imagina al primer narrador de la tribu. Los primeros humanos tenían un número limitado de palabras, pero navegaban un mundo complejo. ¿Cómo comenzaron a contar historias ante lo que el autor llama “un mundo multiforme e innumerable”?
Estos primeros humanos usaban un número finito de sonidos combinados de varias maneras para describir la rica realidad que los rodeaba. El narrador trabajaba con un vocabulario restringido de figuras —un jaguar, un padre, un hijo— y un conjunto limitado de acciones: nacer, cazar, aparearse, prohibir.
Herramientas limitadas para una realidad vasta, pero no al azar.
Estos relatos primitivos seguían reglas específicas: una prohibición típicamente precedía a una transgresión, el castigo seguía a la transgresión, los objetos mágicos se otorgaban antes de superar las pruebas. Esta estructuración cuidadosa hacía que el mundo fijo que rodeaba al miembro tribal cobrara vida, dándole a las palabras e ideas nuevos valores y poderes narrativos.
Conexiones Modernas
Esta idea antigua no es mera curiosidad antropológica, se conecta directamente con estudios modernos. Vladimir Propp creó esencialmente una gramática para los cuentos de hadas rusos, mostrando que todas estas historias diversas eran variantes de un solo relato construido a partir de un número finito de funciones narrativas.
Claude Lévi-Strauss vio los mitos de los indios brasileños como un sistema de operaciones lógicas entre términos permutables, tratándolos casi como ecuaciones matemáticas para revelar su estructura combinatoria subyacente.
La imaginación popular no es ilimitada como un océano. Opera más como un chef maestro con un conjunto limitado de ingredientes básicos, encontrando constantemente nuevas maneras sorprendentes de combinarlos.
Más Allá de los Mitos: Literatura Moderna
Si los mitos antiguos podían descomponerse así, ¿qué pasa con las novelas modernas complejas o la poesía profundamente introspectiva? Los formalistas rusos de los años 1920 comenzaron a diseccionar cuentos y novelas modernas en segmentos funcionales, buscando esa gramática subyacente de la narración.
La escuela semiótica francesa, con figuras como Roland Barthes, aplicó análisis estructural similar a todo: publicidad, revistas de moda, antes de dirigir su mirada hacia las novelas contemporáneas. Buscaban las reglas ocultas que gobiernan cómo creamos significado.
El mundo se percibe cada vez más como discreto, formado por partes separadas y distintas, no como un flujo continuo ininterrumpido.
La Venganza de la Discontinuidad
Esta visión combinatoria refleja un cambio fundamental en cómo la cultura actual ve el mundo. Nuestros procesos de pensamiento, una vez imaginados como nubes fluidas o corriente de conciencia, ahora se ven a menudo como una serie de estados discontinuos: combinaciones de impulsos neurales en un número enorme pero finito de células cereales.
La cibernética, pionera por Shannon, Wiener, Von Neumann y Alan Turing, nos dio un marco matemático para entender cómo se procesa la información, proporcionando esencialmente un modelo para cómo nuestras propias mentes podrían combinar señales finitas para crear pensamientos y memorias infinitos.
Es como el ajedrez: ningún jugador puede vivir lo suficiente para agotar todas las combinaciones de solo 32 piezas en 64 casillas, pero todas esas posibilidades están implícitas en el código del juego.
Precedentes Históricos: Ramon Llull
Esta idea tiene raíces profundas. La “Ars Combinatoria” medieval, el arte de la combinación desarrollado por el monje catalán Ramon Llull en el siglo XIII, creó máquinas lógicas usando discos de papel giratorios que podían generar nuevos conceptos combinando ideas básicas.
Prefiguró el pensamiento combinatorio moderno por siglos.
OULIPO: Teoría en Práctica
Para un ejemplo brillante de esta teoría en práctica, tenemos a OULIPO, el Taller de Literatura Potencial. Este grupo fundado por el escritor Raymond Queneau y algunos matemáticos creó obras que demostraban bellamente la estructura matemática combinatoria dentro de la literatura misma.
El libro de poemas de Queneau, “Cien Mil Millones de Poemas”, no era solo un libro sino un modelo rudimentario de una máquina constructora de sonetos. Tenía 10 sonetos, pero cada línea estaba en una tira separada de papel. Podías voltear las tiras independientemente, permitiendo combinar y permutar las líneas para crear un número vasto y prácticamente incontable de sonetos únicos y gramaticalmente correctos.
Combinatoria hecha tangible y poética.
La Pregunta Provocativa: ¿Pueden las Máquinas Reemplazar a los Poetas?
Si la literatura es fundamentalmente un proceso combinatorio, ¿podrían las máquinas realmente reemplazar a poetas y escritores? ¿Estamos hablando solo de automatizar la producción estándar, como generar historias formulaicas, o podrían las máquinas también acceder a lo que el autor llama “los atributos más celosos de la intimidad psicológica”?
El autor sugiere que incluso esos atributos psicológicos —cambios de humor, experiencia vivida, iluminaciones internas— pueden verse quizás como campos lingüísticos: dominios específicos con sus propios léxicos únicos, gramática y posibles permutaciones.
Piensa en el lenguaje de la melancolía versus el lenguaje de la alegría.
Curiosamente, el autor sugiere que la verdadera vocación de un autómata literario podría ser el clasicismo: producir obras perfectamente tradicionales, impecablemente estructuradas, siguiendo todas las reglas de manera impecable.
El Punto de Vista Opuesto: La Lucha Contra los Límites
A pesar de sus fundamentos combinatorios, la literatura constantemente trata de hacer algo más: trata de decir algo que no puede decir, algo que no conoce. Es una batalla para salir de los límites del lenguaje, impulsada por la llamada de lo que está fuera del vocabulario.
Busca articular lo desconocido, lo no dicho, las cosas para las que aún no tenemos palabras o combinaciones ordenadas.
El mito a menudo es la parte oculta de cada historia, el tipo de vacío lingüístico creado por tabúes o prohibiciones sociales. La literatura, al bordearse con estas interdicciones, redescubre palabras e historias que habían sido eliminadas de la memoria colectiva e individual.
El Inconsciente y la Combinatoria
El inconsciente habla en sueños, en deslices, en asociaciones instantáneas, a través de palabras prestadas, símbolos robados, contrabando lingüístico. La línea de fuerza de la literatura moderna da voz a todo lo que ha permanecido no dicho en el inconsciente social o individual.
Shakespeare revelando los fantasmas del mundo medieval escondidos bajo la superficie renacentista, o Sade emergiendo durante la Ilustración racional.
La Convergencia: Lógica y Misterio
¿Cómo convergen estos dos caminos aparentemente divergentes: la máquina combinatoria lógica y este misterioso impulso inconsciente?
Figuras como Ernst Kris y Ernst Gombrich vincularon el placer que obtenemos del ingenio, juegos de palabras y bromas al juego combinatorio del lenguaje. Observaron que una combinación aparentemente aleatoria de palabras puede disparar inesperadamente una idea preconsciente.
Es como un accidente lingüístico, una combinación casual que de repente resuena con algo más profundo.
El placer infantil del juego combinatorio impulsa a los artistas a experimentar con líneas y colores, o a los poetas con combinaciones de palabras, sin un objetivo claro inicialmente. Pero en cierto punto, una de estas combinaciones puede adquirir un significado inesperado, una significancia inconsciente o preconsciente emerge.
El Doble Juego de la Literatura
La literatura es un juego combinatorio, quizás independiente de la personalidad consciente del poeta, pero es un juego que en cierto momento se inviste de un significado inesperado. Produce una especie de shock que solo ocurre cuando alrededor de la máquina de escribir se encuentran los fantasmas ocultos del individuo y de la sociedad.
El significado profundo no está necesariamente en la combinación misma, sino en cómo esa combinación específica interactúa con nuestras partes más profundas no dichas.
El Ejemplo Primitivo Revisitado
Nuestro narrador tribal primitivo, combinando jaguares y tucanes, sus permutaciones, incluso si comenzaron como juego simple, potencialmente podrían llevar a una revelación terrible: una combinación de historia que toca un miedo o deseo profundo, cristalizándose en un mito que luego demanda ritual y secreto.
La historia básica, la fábula, precede a la creación del gran mito mismo.
La Función Dual de la Literatura
La literatura tiene esta función dual: durante largos períodos, confirma valores existentes, refuerza tradiciones, juega dentro de reglas conocidas. Pero luego, en un momento crítico, algo en el mecanismo se activa, una combinación específica toca un nervio, y entonces la literatura se convierte en crítica del mundo y de nuestra manera de ver el mundo.
Es a través de estos juegos combinatorios, cuando se cargan de contenido inconsciente o preconsciente, que la literatura abre un camino hacia la libertad.
El Laberinto Final
Hans Magnus Enzensberger introdujo la idea de estructuras topológicas en la literatura moderna, viendo las narrativas como laberintos complejos. En nuestro mundo moderno complejo, es increíblemente fácil perderse, y no puedes encontrar tu camino a menos que primero enfrentes la desorientación.
Tienes que perderte para encontrar tu camino.
El desafío de un laberinto no es solo escapar de él, sino entenderlo, reconstruir su plan y disolver su poder. En la obra ficticia del autor, “El Conde de Montecristo”, Edmundo Dantés intenta mentalmente mapear la prisión perfecta, la fortaleza absoluta e inescapable.
La lógica poderosa que sigue es esta: “Si logro en pensamiento construir una fortaleza de la cual es imposible escapar, entonces es la señal de que aquí existe una posibilidad de escape”. Será suficiente encontrar el punto donde la fortaleza del pensamiento no coincide con la real para encontrarla.
La imperfección es la ruta de escape. Entender el sistema completamente revela sus límites, sus puntos de no coincidencia con la realidad.
El Mensaje Final
La literatura puede ser una herramienta para mapear el laberinto o puede ser un obstáculo, haciendo que el mundo o el texto parezcan impenetrables. La actitud del lector se vuelve decisiva. Tú eres responsable de activar la fuerza crítica de la literatura, independientemente de cuál haya podido ser la intención original del autor.
En tu propia vida, ¿qué prisiones perfectas de pensamiento o percepción construyes inconscientemente? Siguiendo la lógica de Dantés, ¿qué punto de no coincidencia podrías encontrar? Porque encontrar esa brecha podría ser la clave para navegar hacia una comprensión más plena y libre del mundo.